Después de haber ganado la Eurocopa: ¿Es Iker el mejor arquero español de la historia?

viernes, 27 de junio de 2008

La vela de la abuela de Iker Casillas que ayudo a ganar a España


Elmundo.es - A diferencia de las archiconocidas velas negras de una adivinadora televisiva ya caída en el olvido, Nicasia, la abuela de Iker Casillas, colocó una vela bien blanca a San Antonio en la cocina de su casa de Navalacruz (Ávila), para que la Selección Española ganara a Rusia en las semifinales de la Eurocopa. Dicho y hecho. La vela fue la ayuda necesaria para un triunfo histórico.
Nicasia vivió la primera parte del encuentro con preocupación en la terraza del bar 'Sabi la Plaza', acompañada por cerca de un centenar de vecinos de esta localidad de 264 habitantes, situada a 50 kilómetros de la capital abulense. Tenía dos razones para estar nerviosa. La primera, el juego de la Selección Española, que no le convenció en los primeros 45 minutos. La segunda, y de más peso, que se le había olvidado encender una vela, solicitando la ayuda divina para que 'la roja' ganara el partido y su nieto no tuviera que parar penaltis, como el domingo pasado.
"Hoy prefiero que no lleguen a penaltis. Que metan sus compañeros los goles", decía al principio del partido la abuela de Iker, intranquila por su olvido.
Nicasia vivió el partido acompañada por su hermana Ana, ambas vecinas de Ávila, aunque cuando llega el verano se trasladan hasta Navalacruz para disfrutar del verano. Ambas ofrecieron un auténtico espectáculo, rodeadas por cinco cámaras de televisión, que siguieron cada uno de sus movimientos y reacciones durante todo el partido.
Las dos parecen 'carne' de televisión. Hablan y se comportan con total naturalidad ante las cámaras, sin esconder ninguno de sus sentimientos. Ana, la que más exterioriza sus reacciones, inició el partido inmersa en un mar de nervios con frases dirigidas a Iker y al equipo: "hijo mío, por favor, páralo", "vamos, que a Alemania la ganamos, que Alemania nos espera" o "hoy vemos más a Iker que al otro portero".
Cuando estaban a punto de finalizar los primeros 45 minutos, sólo pedía a la Selección Española un favor: "dadnos una alegría antes del descanso".
El gol era esperado como agua de mayo, pero no llegaba. Por eso, Nicasia, que seguía dándole vueltas a lo de la vela, se levantó de su silla en el descanso y se dirigió a su casa para encenderla y que "les dé suerte".
En el inicio de la segunda parte todo el mundo estaba 'enchufado' al partido y no se confundió, como al principio, con el color de la camiseta de los españoles. 'La roja' vestía el jueves de amarillo o "mostaza", como prefiere Luis Aragonés. Ana tuvo que corregir a una vecina: "pero si son los amarillos", dijo entre risas.
Aún en el descanso, Nicasia reconocía estar "nerviosa", después de encender la vela. “Vamos perdiendo”, decía, antes de reconocer su confusión y señalar que, no obstante, no estaban "jugando como el otro día", en referencia al partido contra Italia, en el que "no tuvieron suerte y llegaron a los penaltis".
A su nieto, un consejo de lo más certero: "Iker ¡ánimo! No te apartes de la portería, que te meten un gol". Antes de regresar a la terraza del bar, Nicasia tuvo un recuerdo para su marido, que ya no está, y al que le hubiera encantado vivir este momento, porque "quería mucho a su nieto. ¡Si estuviera él, madre mía!", decía.
La segunda parte arrancó y la euforia se desató con el gol de Xavi. Las hermanas se abrazaron, mientras en Navalacruz comenzaron a oírse los primeros cohetes y petardos. Y entonces… la abuela de Iker Casillas se acordó de la vela. "¡Ha sido la vela!", gritó eufórica, mientras debajo de la televisión eran colgados varios carteles del III Campus Iker Casillas que se desarrollará en Navalacruz del 3 al 12 de julio.
Este pueblo abulense al que el guardamete de la Selección considera el suyo, aunque sea natural de Móstoles, se volcó en el partido. Sobre todo con la llegada a la terraza de una gaitilla y un tamboril, que encendieron aún más los ánimos y desataron a euforia, con gritos como "¡Ike, Iker, Iker es cojonudo, como Iker, no hay ninguno!".
Mientras tanto, la abuela del mejor portero del mundo apretaba con fuerza, como durante todo el partido, su mano izquierda y cerraba el puño. En su interior guardaba varios crucifijos, pero sobre todo el rosario que hace pocos años Iker la trajo de Roma "bendecido por el Papa".
"Meted otro para que estemos más tranquilitas", decía Ana hablando prácticamente a la televisión. Y Güiza la hizo caso. La terraza se convirtió en una auténtica fiesta que se desbordó del todo con el tercer tanto, obra de Silva.
Fue entonces cuando todo el mundo se puso a bailar. Incluso los periodistas que se desplazaron hasta Navalacruz para vivir con el pueblo y la abuela de Iker esta semifinal. Jotas y pasodobles se adueñaron de la plaza, como si de una verbena de las fiestas se tratara. "Que viva España…", cantaban mientras el partido continuaba con un 3-0 concluyente. La televisión había dejado de ser el centro de atención, para ceder protagonismo a los vecinos de la localidad.